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El uso de técnicas cualitativas no es algo nuevo en las organizaciones, se ha usado desde principios del siglo xx, pero ha tenido un uso muy limitado en este contexto, quedando básicamente reducida a la entrevista de selección de personal. Por tanto, si el objetivo de los responsables de la gestión de los RRHH en las organizaciones modernas es la mejora de la calidad de vida laboral, la protección y la promoción de la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores, es necesario realizar un gran trabajo de evaluación de la empresa para ser conocedor tanto de los aspectos negativos que están convirtiendo a la organización en tóxica, como de los aspectos a mejorar y que la pueden convertir en una organización saludable.
Estas organizaciones son definidas como `aquellas organizaciones que ponen en marcha estrategias sistemáticas, planificadas y proactivas para mejorar la salud de los empleados y la salud financiera de la organización, mediante buenas prácticas relacionadas con la mejora de las tareas (ej., diseño y rediseño de puestos), el ambiente social de la organización (ej., canales de comunicación abierta) y la organización (ej., estrategias de conciliación trabajo/vida privada) y además generan resultados relacionados con la excelencia organizacional, y mantienen excelentes relaciones con el entorno organizacional y la comunidad» (Salanova, 2008).
Por otro lado, en la actualidad, los grupos de trabajo cobran especial relevancia en contextos laborales. Las organizaciones están constituidas por unidades de trabajo, grupos, equipos, etc. Un acercamiento a las técnicas cualitativas supone la consideración de los grupos como unidades de análisis, focalizando la atención en aspectos colectivos y sociales de la organización. En este sentido, y dada la importancia que las técnicas grupales tienen en este libro, es interesante plantear ciertas consideraciones acerca del estudio de los grupos de trabajo y las técnicas cualitativas centradas en los mismos. El interés por el estudio de los grupos de trabajo, tanto a nivel teórico como práctico, se produce en el último cuarto del siglo xx, motivado fundamentalmente por la influencia que tuvieron los planteamientos del Movimiento de la Calidad de vida Laboral. El grupo se convierte en la unidad central de análisis en las organizaciones considerándose como elementos dinámicos inmersos en el contexto organizacional Desde esta perspectiva, se estudia el surgimiento de nuevos tipos de grupos organizacionales (los círculos de calidad, los grupos autónomos, los equipos directivos y los comités de calidad de vida laboral, etc.). De hecho, Ayestarán (1996) apunta que uno de los grandes cambios teóricos que se produce durante la década de los años ochenta consistió en la ubicación de los grupos en el contexto de las organizaciones. Puesto que en este libro nos ocuparemos de algunas técnicas grupales, Gil y Alcover (2004) distinguen dos interpretaciones acerca de las mismas.
Por un lado, se encuentra el valor «instrumental» de los grupos en las organizaciones, ya que las técnicas grupales pueden utilizarse como instrumentos para alcanzar determinados objetivos. En este sentido la técnica y el grupo se encuentran estrechamente unidos pudiéndose afirmar que el grupo constituye la técnica. El grupo en sí mismo es una estrategia, una forma de intervenir para obtener determinados fines. Éste es el caso del grupo de discusión que se expondrá seguidamente. Pero además, se pueden señalar diferentes técnicas grupales susceptibles de ser utilizadas por los grupos para conseguir sus objetivos. En este segundo caso, las técnicas constituyen instrumentos útiles para diferentes fines: evaluación y diagnóstico de problemas, búsqueda de soluciones, toma de decisiones, etc., y pueden ser utilizadas por diferentes tipos de grupos. Ante cualquiera de estos dos casos se plantea una cuestión fundamental, referida a la conveniencia de utilizar los grupos de trabajo como instrumento organizacional. La respuesta vendría dada analizando las ventajas e inconvenientes que se derivan del empleo de los grupos.
El trabajo en grupo aporta sustanciales ventajas difíciles de lograr mediante la actuación de sus miembros separadamente e irreductibles a la suma de las aportaciones individuales. La interacción grupal favorece la obtención de más y mejor información, la búsqueda de soluciones, la implicación en el trabajo, etc. Pero también se han identificado numerosos inconvenientes y desventajas. Son sobradamente conocidos los efectos de holgazanería social, influencia de la mayoría, polarización, pensamiento grupal, la manipulación, etc., y que se pueden agrupar bajo el término «pérdidas» debidas a la interacción y que reducen las potencialidades de los grupos. Tanto en el caso de las ventajas como en los inconvenientes es necesario considerar que el balance no puede realizarse en abstracto sino que la eficacia de los grupos de trabajo depende de una serie de factores referidos tanto a la tarea que realizan, como a las características y necesidades de las personas que componen el grupo y a otros factores contextuales y situacionales.