Durante
las últimas décadas, la preocupación por el estrés laboral y los efectos de los
Riesgos Psicosociales Laborales sobre la salud de las personas ha aumentado
producto de su fuerte vínculo con las enfermedades de salud mental como la
depresión, ansiedad, trastornos de estrés postraumático, burnout, entre otros
(Bourgeault et. Al 2021, Batool, 2020; Artz et al. 2022). A su vez, estas
enfermedades influyen negativamente sobre la productividad, la satisfacción
laboral y la calidad de vida de todas las personas trabajadoras en el mundo.
Producto de lo anterior, organismos internacionales como la OMS (2022) han
enfatizado la importancia de abordar los riesgos psicosociales laborales a
través de: a) la prevención de los problemas de salud mental relacionados con
el trabajo, b) la protección y promoción de la salud mental en el trabajo, y c)
el apoyo a los trabajadores con problemas de salud mental para que participen y
prosperen en el trabajo.
Ahora
bien, la vivencia de la salud mental en el trabajo y los RPSL no es homogénea
ni tiene las mismas características para todas las personas por igual. En tanto
estas vivencias está permeadas por el género, no se encuentran exentas de los
sesgos de género en torno a los roles que asumen hombres, mujeres y
diversidades sexo genéricas en la sociedad. En ese sentido, es importante
siempre llevar a cabo un diagnóstico respecto de las desigualdades o sesgos de
género presentes en relación a los RPSL y no asumir que estos son iguales para
todas las personas.
En
particular, los roles de género juegan un papel importante en el contexto de la
salud y seguridad en el trabajo, lo cual tiene un impacto sobre la salud mental
de las personas. Al respecto, Stergiou-Kita, M., et al. (2015) señala la
importancia de considerar, por ejemplo, el rol de la masculinidad en hombres
cisgénero, debido a las consecuencias que esta tiene sobre la salud y seguridad
de los trabajadores. En esta línea, señala la existencia de ciertas
características propias de la masculinidad que se reproducen en los contextos
laborales y los exponen fuertemente a la ocurrencia del riesgo:
- Celebración
del heroísmo, la fuerza física, la dureza y el estoicismo. - Aceptación
y normalización del riesgo - Demostración
de autosuficiencia, resistencia a la ayuda, autoridad y prácticas de salud y
seguridad en el trabajo - Fuerzas
del mercado del trabajo, presiones de productividad y ganancia por sobre la
salud y seguridad en el trabajo: resulta en la precariedad del trabajo y
vulnerabilidad en correlación con conductas de riesgo.
Por
otra parte, los roles de género y falta de corresponsabilidad social que
responsabilizan a las mujeres del trabajo de cuidados y del trabajo doméstico
no remunerado afectan negativamente el trabajo de las mujeres y su salud
mental. Esto se expresa, por ejemplo, a través de:
- Menor
equilibrio vida personal-trabajo en mujeres y personas de identidad femenina
(Red diversa de municipalidades, 2022) - Injusticia
organizacional vinculado a segregación vertical y horizontal en mujeres - Mayor
carga mental y estrés laboral en mujeres producto de la doble (o triple) carga
de trabajo remunerado y no remunerado - Menores
remuneraciones y reconocimiento en el trabajo
Fuente: Guía de Transversalización de
Género y Riesgos Psicosociales
Laborales en Chile
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