Docentes:

Valeria Vegh Wheis (UBA)

Guido Croxatto (UBA)

Mayk Pilares (UNSAAC)

Marcos Galvan (UNMSM)

Elmo Molina (Asoc. M. Luther King)

Ángel Gaspar (UNMSM)

Jorge Nureña ( UNT)

Max Vengo ( UANDINA)

Edwin Ticlla (UNMSM)

Rodrigo Portillo USMP

Albert Navarro (UNMSM)

Clase inaugural lunes 12 de julio

05:00pm- 08:00pm

Martes 13, miércoles 14 y jueves 15 de julio

06:00pm – 09:00pm

Virtual 100% interactiva, con ponencias en vivo y en directo

Plataforma zoom y fanpage del Colegio de Abogados de Cusco.

Doble certificación

-Colegio de Abogados del Cusco y el Instituto Latinoamericano de Criminología y Desarrollo Social (INCRIDES).

20 horas académicas

Inversión:

Estudiantes: S/. 15 soles

pronto pago hasta 10 de julio: S/. 20 soles

Público general: 30 soles

Pasos *inscripción:

Registrar sus datos en el siguiente enlace:

Realizar transferencia o depósito a la siguiente cuenta:

(A nombre de Rodrigo Antonio Portillo Acosta- Presidente de INCRIDES)

(ojo depósito en agentes SÓLO LIMA, y transferencia a nivel nacional )

Remitir foto de transferencia o depósito por este medio

Le confirmamos su inscripción

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Abordar el fenómeno de la delincuencia también implica tomar en cuenta las dinámicas e interacciones que desarrollan los integrantes de un determinado grupo y en espacio determinado, donde se construyen y reconstruyen representaciones e imaginarios en una cultura expresada por grupo de jóvenes que colindan con la violencia y afectan a otras personas. En esa línea, también es importante analizar la percepción social que se tiene respecto a la violencia urbana, la misma que se ve influenciada por los medios masivos de comunicación y la cultura punitiva, cuyo discurso suele asentarse principalmente en sectores excluidos y marginados socialmente.

Este curso permitirá la comprensión del lenguaje, expresiones, estilos de vida y cotidianidad de poblaciones de jóvenes en riesgo de violencia, lo que permitirá establecer un vínculo y una comunicación para plantear estrategias que busquen desviar su estilo de vida hacia otro libre de violencia y con oportunidades de desarrollo, evitando de esta manera el uso de la violencia y persecución para combatir los comportamientos violentos de jóvenes, sino escuchando sus necesidades y reconociendo a las personas como actores de socialización que se desarrollan en un ambiente criminógeno, pero que necesitan ser ellos mismos los protagonistas del cambio.