Las relaciones comunitarias (RRCC) constituyen hoy en día un elemento esencial para el desarrollo de los proyectos. Pero ¿qué significa hacer relaciones comunitarias? El reto va más allá de llevarse bien con la comunidad, incluso de ser un buen gestor de crisis. El adecuado manejo del componente social implica su manejo desde una visión de riesgos e impactos y gestionar los avances del proyecto considerando estas herramientas. ¿Lo deseable? Que se desarrolle desde los ciclos iniciales del proyecto.
La gestión de relaciones comunitarias empieza por una adecuada planificación. Existen varias herramientas que pueden contribuir en esta etapa. Lo primero es contar con un Mapeo de Grupos de Interés que identifique todos los actores (internos y externos) capaces de afectar el proyecto e identificar los riesgos asociados al proyecto. Estas herramientas deben actualizarse de manera periódica.
Es importante consensuar internamente la estrategia a desarrollar para el largo, mediano y corto plazo. La estrategia tiene que estar alineada con los grupos de interés internos y debe ser compatible con los principales hitos operativos; esto teniendo en cuenta que las operaciones son la razón de ser del relacionamiento comunitario. Desconocer el cronograma de avance de las operaciones y pese a ello, preparar un plan social, constituye un grave error.
Se recomienda implementar la gestión social sobre tres pilares fundamentales: el primero, orientado a manejar y controlar los impactos y riesgos del proyecto; el segundo, dirigido al relacionamiento con las partes interesadas y; finalmente, el tercero, enfocado en la creación de valor compartido. ¿Qué herramientas necesitaremos para alcanzar estos objetivos? Es imprescindible contar con un buen Plan de Comunicación que desarrolle los principales mensajes que se brindará a los grupos de interés. También es importante disponer de un programa de manejo de quejas y reclamos que acerque a la empresa y la comunidad, mostrando apertura para escuchar, reconocer errores y repararlos; en esta misma línea garantizar el cumplimiento de los compromisos contraídos con los grupos de interés es fundamental. Generar encadenamientos productivos constituye un impacto positivo que se genera con la minería, para ello es importante que se desarrollen los programas contratación de mano de obra local así como de servicios locales. Esto brindará beneficios económicos directos en el entorno del proyecto.
No hay que perder de vista llevar a cabo un monitoreo constante de los indicadores de la gestión social y evaluar si se hace necesario realizar algún cambio en las estrategias. Los cambios deben tener en su mira mantener una relación sostenible y de largo plazo.